domingo, 28 de diciembre de 2008
El día de Lo Bestia.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Con ojos de gata.






jueves, 18 de diciembre de 2008
Al fin libre.
ACTUALIZACIÓN: ¿Cual os gusta más, el del gorila, o este?
domingo, 14 de diciembre de 2008
Friki francés
http://www.nimportequi.com/video_popupNEW.php?id_video=41
http://www.nimportequi.com/video_popupNEW.php?id_video=83
Esos son de los que más me han gustado, pero si seguís mirando, podréis reiros mucho.
Saludos!
PD: no me dejaba poner una ventanita del vídeo aquí... así es que he tenido que dejar el link
martes, 9 de diciembre de 2008
¡Monstruos contra Alienígenas!
lunes, 8 de diciembre de 2008
La Atlántida: segunda parte, Knossos

Aquí de nuevo, tras la experiencia tortuosa de un texto largo en letra pequeña, vuelvo para hablaros de uno de los mayores descubrimientos bajo tierra: el gran palacio de Knossos.

Este palacio aun en nuestros días resultaría una verdadera obra de arte arquitectónica, pero en aquellos tiempos podría haber sido perfectamente la Atlántida, ya que al compararla con otros palacios de la época de una planta y de 3 o 4 habitaciones, claramente este palacio destacaba entre el resto. Está situado en un lugar de colisión de placas, de terremotos frecuentes, por lo que los constructores comenzaron a edificarlo con contrafue

Está contruido con yeso cristalizado, y aunque ahora esté erosionado por el tiempo, debió de relucir tanto como la plata, tal como dijo Platón.

Algo que llamó mucho la atención de los arqueólogos fue la impresionante red de aguas que poseía ese complejo. Con cañerías de cerámica, esta civilización tuvo los baños más antiguos jamás vistos, y agua corriente en cada estancia especializada.
Por las investigaciones, sabemos que era una civilización muy avanzada, que vivía en armonía con los elementos, de igual forma que describía Platón.
Se cree que su destrucción, alrededor del 1500ª.C, fue debida a un gran volcán, por las cenizas en las que se hallaba enterrada, la erupción provocó una sucesión de tsunamis que terminaron de destruir el lugar.
La Atlántida: viaje a la ciudad perdida
Constantemente haré referencias a Platón, así que he considerado conveniente copiar aquí el texto de este escritor antiguo en el que más se habla de Atlantis, aunque podría resultar un poco pesado por su longitud… por lo que será lo único que veamos en esta parada. En la siguiente visitaremos el palacio de Knossos: un impresionante palacio descubierto bajo la tierra en Creta que no tiene desperdicio. Nos veremos en el avión… pero, antes, nos situamos en Grecia, siglo IV antes de Cristo. Platón escribe un diálogo incompleto en el que, entre otras cosas, describe Atlantis:
Fragmento del CRITIAS de Platón, referido a la Atlántida

Ahora ya tenemos recordados la ciudad y los alrededores de la antigua edificación, tal y como se describieron entonces. Debemos intentar recordar el resto de la región, como era su naturaleza y su forma en que estaba ordenado. En primer lugar, se decía que todo el lugar era muy alto y escarpado desde el mar, pero que los alrededores de la ciudad eran llanos, suaves y planos, circundados a su vez de montañas que llegaban hasta el mar. Esta llanura era de forma oblonga y tenía por un lado tres mil estadios y dos mil en el centro desde el mar hacía arriba. Esta zona de la isla estaba de cara al viento sur, de espaldas a la constelación de la Osa y protegida por el viento del norte. Entonces se loaba que las montañas que la rodeaban superaban por su número, grandeza y belleza a todas las que hay ahora y que tenían en ellas muchas ricas aldeas de vecinos, ríos, lagos y prados que daban alimento suficiente a todos los animales, domésticos y salvajes, bosques variados en cantidad y especie que proveían abundantemente para todas y cada una de las obras. La naturaleza y muchos reyes, con su largo esfuerzo, habían conformado la llanura de la siguiente manera. En su mayor parte era un cuadrilátero rectangular, y lo que faltaba para formarlo lo había corregido por medio de una fosa cavada a su alrededor. Aunque la profundidad, ancho y longitud que les atribuyeron eran tan grandes, sin contar con las otras obras, que resultaba increíble para algo hecho por las manos del hombre, debemos decir los que escuchamos. Habían cavado una profundidad de cien pies; el ancho era en todos lados de un estadio y, como había sido cavada alrededor de toda la llanura, llegaba a la ciudad por ambos lados y allí dejaba fluir el agua al mar. Desde su parte superior habían abierto canales rectos de cien pies de ancho que corrían a lo ancho de la llanura hasta desembocar nuevamente en la fosa que daba al mar y distaban entre sí cien estadios de distancia uno de otro. Así bajaban a la ciudad la madera de las montañas y proveían con barcos el resto de los productos estacionales, ya que habían abierto comunicaciones transversales de unos canales a otros y hacia la ciudad. Cosechaban la tierra dos veces por año, en invierno con las aguas provenientes de Zeus, y en verano conducían desde los canales las corrientes que produce la tierra.
En cuanto número, estaba dispuesto que cada distrito de la llanura con hombres útiles para la guerra proveyera un jefe. La extensión del distrito era de diez veces diez estadios y los distritos era sesenta mil. Se decía que la cantidad de hombres de la montaña y del resto de la región era innumerable; todos estaban distribuidos en estos distritos y asignados a jefes según las zonas y las aldeas. Estaba reglamentado que cada jefe proveyera en caso de guerra la sexta parte de un carro de guerra hasta diez mil carros, dos caballos y jinetes, además de un par de caballos sin carro, un infante con escudo pequeño y el guerrero que lucha sobre el carro y conduce los dos caballos, dos hoplitas, arqueros y honderos, también dos cada uno, lanzadores de piedras y lanceros con armamento ligero, tres cada uno, y cuatro marineros para cubrir la tripulación de mil doscientas naves. Así estaba dispuesto lo concerniente a la guerra en la ciudad real, lo de las nueve restantes lo estaba de otra manera que llevaría mucho tiempo relatar.
Lo relativo a los puestos de gobierno y los honores estuvo ordenado desde el principio de la siguiente manera. Cada uno de los diez reyes imperaba sobre los hombres y sobre la mayoría de las leyes en su parte y en su ciudad, y castigaba y mataba a quien quería. El gobierno y la comunidad de los reyes se regían por las disposiciones de Posidón tal como se las transmitía la constitución y las leyes escritas por los primeros reyes en una columna de oricalco que se encontraba en el centro de la isla en el templo de Posidón, dónde se reunían, bien cada lustro, bien, de manera alternativa, cada seis años, ara honrar igualmente lo par y lo impar. En las reuniones, deliberaban sobre los asuntos comunes e investigaban si alguno había infringido algo y lo sometían a juicio. Cuando iban a dar veredicto se daban primero las siguientes garantías unos a otros. Rogaban a Posidón que tomara la ofrenda sacrificial que le agradara de entre los toros sueltos en su templo y ellos, que eran sólo diez lo cazaban sin hierro, con maderas y redes. Al que atrapaban lo conducían hacia la columna y lo degollaban encima de ella haciendo votos por las leyes escritas. En la columna, junto a las leyes, había un juramento que proclamaba grandes maldiciones para os que las desobedecieran. Tras hacer el sacrificio según sus leyes y ofrecer todos los miembros del toro, llenaban una cratera y vertían en ella un coagulo de sangre por cada uno. El resto lo arrojaban al fuego una vez que habían limpiado la columna. Luego, mientras extraían sangre de la cratera con fuentes doradas y hacían una libación sobre el fuego, juraban juzgar según las leyes de la columna y castigar si alguien hubiera infringido algo antes, y, además, no infringir intencionalmente en el futuro ninguna de las leyes escritas, ni gobernar ni obedecer a ningún gobernante, excepto aquel que ordenara según las leyes del padre. Una vez que cada uno de ellos hubo prometido esto de sí y de su estirpe, bebido y dedicado la fuente como exvoto en el templo del dios y se hubo ocupado de la comida y de las otras necesidades, cuando llegaba la oscuridad y se había enfriado el fuego sacrificial se vestían con un bellísimo vestido púrpura y se sentaban en el suelo junto a las ascuas del juramento sacrificial. Durante la noche, tras apagar el fuego que se encontraba alrededor del templo, eran juzgados y juzgaban si alguien acusaba a alguno de ellos de haber infringido alguna ley. Cuando terminaban de juzgar, al hacerse de día, escribían los juicios en una tablilla de oro y la ofrendaban como recuerdo junto con las vestimentas. Había muchas otras leyes especiales acerca de los honores de cada uno de los reyes; lo más importante: no atacarse nunca unos a otros y ayudarse todos en caso de que alguien intentara destruir la estirpe real en alguna de sus ciudades, y tomar en común, como antes, las determinaciones concernientes a la guerra y a otras actividades, bajo la conducción de la estirpe de Atlante. Ningún rey podía matar a ninguno de su parientes, si no contaba con la aprobación de más de la mitad de los diez.
Según el relato, tan gran potencia y de tales características existentes entonces en aquellas zonas ordenó y envió el Dios contra nuestras tierras por la siguiente razón. Durante muchas generaciones, mientras la naturaleza del Dios era suficientemente fuerte, obedecían las leyes y estaban bien dispuestas hacia lo divino emparentado con ellos. Poseían pensamientos verdaderos y grandes en todo sentido, ya que aplicaban la suavidad junto con la prudencia a los avatares que siempre ocurren y unos a otros, por lo que excepto la virtud, despreciaban todo lo demás, tenían en poco las circunstancias presentes y soportaban con facilidad, como una molestia, el peso del oro y de las otras posiciones. No se equivocaban, embriagados por la vida licenciosa, ni perdían el dominio de sí a causa de la riqueza, sino que, sobrios, reconocían con claridad que todas estas cosas crecen de la amistad unida a la virtud común, pero que con la persecución y la honra de los bienes exteriores, estos decaen y se destruye la virtud con ellos. Sobre la base de tal razonamiento y mientras permanecía la naturaleza divina, prosperaron todos sus bienes, que describimos antes. Más cuando se agotó en ellos la parte divina porque se había mezclado muchas veces con muchos mortales y predominó el carácter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron, y al que los podía observar les parecían desvergonzados, ya que habían destruido lo más bello de entre lo más valioso, y los que no pudieron observare la vida verdadera respecto de la felicidad, creían entonces que eran los más perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder. El Dios de Dioses Zeus, que reina por medio de leyes puesto que puede ver tales cosas, se dio cuenta de que una estirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidió aplicarles un castigo para que se hicieran más ordenados y alcanzaran la prudencia. Reunió a todos los dioses en su mansión más importante, la que, instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generación y, tras reunirlos, dijo...
Esta incompleto, recordáis?... seguro que los pocos que lo han leido os habéis quedado con la curiosidad, jajaja... aunque se supone que acuerdan entre todos que hay que castigar la ciudad y por eso mandan una cadena de tsunamis que hunden Atlantis.
Este será el primer y último post que hago tan largo, pero no veía justo que los lectores se pusieran a buscar el texto. Además, hay algunas cosas interesantes.
Un saludo, hasta la próxima parada: Knossos.
martes, 2 de diciembre de 2008
Fraudes de la Ciencia, primera entrega.
En marzo de 2004, el y su equipo, en

Haga su propio clon en menos de 10 pasos.
En seguida, saltó la polvora. De repente surgieron ríos y ríos de tinta, tangible y virtual, supuestos expertos en la materia en publicaciones y programas amarillistas, etc… En Corea del Sur, se convirtió en un héroe nacional, y su club de fans pronto llegó a tener más de 15000 afiliados. Subvenciones por aquí, premios por allá, fama mundial, y todo lo que este tipo de sucesos conlleva.
Tiempo después, en mayo del años siguiente, volvio a aparecer en los medios. No todos los días un científico de gran renombre critíca a Estados Unidos y su política para con las células madre. Enseguida se convirtió en un icono para los retractores de Bush. Todo le iba bien, la diosa fortuna le sonreía.
Pero no iba a durar tanto. En diciembre de 2005, se realizaron unas investigaciones sobre los supuestos logros de Hwang y su equipo. Cuando salieron a la luz los resultados de dicho informe, el pequeño “imperio” que se había construido se vino completamente abajo. Resulta que los estudios realizados se hicieron a partir de datos falsificados. Os podeis imaginar las repercusiones.
Tuvo que dejar de dar clases en
¿Qué lleva a un hombre de ciencia, un hijo de

Y a modo de recompensa por haber leído este tocho, os dejo una canción de Louis Armstrong.
"Ay, verás la que me cae..."